martes, diciembre 21, 2004

Celebrando la incompetencia

Es muy improbable que las tropas de EEUU que se encuentran actualmente en Irak o Afganistán tengan mucho que celebrar. Pónganse en su lugar. Expuestos a morir a cada minuto en un país extraño a miles de millas de casa, peleando una guerra basada en mentiras, y bajo el mando de un Secretario de Defensa que tiene poco o ningún interés en la seguridad de las tropas y que ni siquiera se molesta en firmar personalmente las cartas de condolencia dirigidas a los familiares de soldados muertos en combate.

Ante todo ésto, el incompetente número uno, o sea el presidente Bush, decide gastar $40 millones (sin incluir gastos de seguridad) en una inauguración que incluye…

…diez fiestas privadas, un concierto, un desfile y un despliegue de fuegos artificiales pagados en parte por donantes privados y en parte por impuestos de los ciudadanos.

Según el comité organizador de las fiesta de inauguración presidencial, el nombre del evento llamado “Celebrando la Libertad y Honrando el Servicio” fue escogido para reconocer que “que somos una nación en guerra” y para agradecer a las tropas que han servido en Irak y Afganistán.

Me imagino que como yo, muchos de los soldados en Irak y Afganistán estarán pensando en muchas mejores maneras de agradecer su servicio heroico que haciendo fiestas para que se diviertan los ejecutivos de Enron o Shell.

Por ejemplo, que mejor manera de agradecer a las tropas que haciéndoles alguno de los siguientes regalos: que el Comandante-en–Jefe mande a Rumsfeld al retiro, que el nuevo Secretario de Defensa firme las cartas de condolencia personalmente, y que las corporaciones y los millonarios donando los $40 millones para la inauguración (y obviamente esperando favores del gobierno a cambio) donen en vez éste dinero para que se instale material blindado en los vehículos en que transitan los soldados en Irak o para darle apoyo económico a las familias de los soldados muertos y a los veteranos inválidos.

Desgraciadamente es muy tarde para darles el regalo mas grande, o sea que el Comandante-en–Jefe y su ayudante el Príncipe de las Tinieblas pasen al retiro en Texas.

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